"Te espero en el cruce y allá decidimos si cara o cruz, si suerte o destino si está todo escrito o si escribimos de más".
sábado, 27 de octubre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
La esencia de las palabras
Aprender un idioma tiene algo de
viaje. Para conocer y entender lo ajeno es imprescindible
convertirse en el otro, en el nativo. Y dejar de ser “el extranjero”. Hay que
trata de capturar los sonidos y un especial ritmo al hablar, de apropiarse de
nuevas percepciones, de palabras que afloraron para
dar cuenta de ciertos elementos en ciertos lugares, que no son nuestros, de
dejarlos enraizar a fuerza de escribir y leer. Es entonces, el conocimiento de
las palabras, la facultad de aprehenderlas, lo que permite mimetizarse en el
otro, en el ser nativo.
Las palabras retratan y definen
al mundo pero lo hacen desde un punto de vista, desde una perspectiva que es
local, que es de alguien, de un espacio, de un tiempo. Y esa región, sus
atmósferas, sus sabores, sus colores, su música, sus paisajes se
infiltran, penetran profundamente y de diferentes maneras en los sonidos,
la cadencia de un idioma.
La categoría de las sensaciones y sentimientos es
especialmente distinta. Una canción de amor, traducida de un idioma a otro, ya
no es la misma. En realidad, las palabras al hablar de los sentimientos, se ven
contaminadas como nunca por experiencias, olores, figuras, recuerdos,
pretensiones y suenan difernete. Las que vienen desde otras regiones traen
nuevos ecos, no nos conectamos con ellas de la misma manera que con su
equivalente en castellano, profundamente imbricado en nuestra historia
personal. Así ocurre que a veces, las frases de amor en otro idioma parecen más
reales o distantes del lugar común, quizás al ser más lejanas, menos
familiares. O puede que sea un tema fonético, sonoro; con la manera de emitirlo, donde el modo atraviesa siempre al contenido.
El asemejar el aprendizaje de un idioma con un
viaje supone hacer una interpretación no lineal del proceso, sino recursivo, en
el cual existe una permanente retroalimentación entre la cultura y el idioma.
No se trata solo de llenar una vasija con nuevas palabras, sino entrar en juego
con los sentimientos, percibir la realidad, costumbres, y un sin fin de
aspectos que quien emprenda el viaje ira incorporando en el proceso de
aprehender aquello, lo otro, hasta sentirlo propio: formar parte de…
Entonces, lo importante a la
hora de aprender un nueva lengua, al momento de estar de viaje, es siempre lo
mismo: partir de escuchar de una sinfonía de ruidos desconocidos, ver dibujos
extraños que observamos como alguien que admira un hermoso paisaje o, mejor
aún, un raro animal, y terminar por encontrarle el sentido.
sábado, 20 de octubre de 2012
Después de 30 años encontraron a un ex combatiente de Malvinas
Un hombre esperanzado, un soldado argentino, un enemigo feroz y
poderoso, un presidente sin escrúpulos, un pueblo engañado con enormes
deseos de cambio y un final deplorable. Este año, que se conmemoran los 30 años de la guerra de Malvinas, la policía uruguaya encontró en la localidad de Tacuarembó, al ex combatiente Miguel Ángel Brítez, desaparecido desde 1982.
El 2 de abril de 1982 fue el desembarco argentino en las Islas
Malvinas, con la intención de obtener la soberanía sobre estos
archipiélagos. Ese mismo día llegó Brítez, a los 19 años. Fue integrante de la Infantería de Marina en el Batallón de Artillería de Campaña.
Su función, era la de ser el cargador de la pieza Nº 3 de la batería
Alfa. La unidad de la que formaba parte ocupaba un lugar complicado, la primera línea de defensa, que se mantuvo en pie hasta el repliegue definitivo.
A Brítez le cuesta expresarse. Meses atrás no podía hablar y ahora, gracias a la rehabilitación, lo hace, pero con dificultades. Cuenta pausadamente los problemas que encontró en su regreso para reubicarse en el campo laboral: “Intenté trabajar de portero, pero no me tomaron. Luego seguí la búsqueda en Chaco, Santa Fé y San Juan. Continué hasta Uruguay, gracias a la amistad que mantuve con un camionero que me trasladó”. Allí estuvo durante los últimos 27 años.
En contraposición, Carlos Zini, presidente del centro de ex combatientes de Bella Vista, asegura que “Miguel se fue de su casa porque lo perseguían los fantasmas de la guerra, él decidió callarse”.
Por otro lado, Rocío Núñez, licenciada en Psicología y sobrina de un
soldado fallecido durante la guerra de Malvinas, sostiene que aquel
conflicto “generó daños irreversibles, físicos y psíquicos.
Lo que produce en los soldados trastornos en el ánimo, como fastidio,
ansiedad y control obsesivo y hace que la situación laboral de muchos no
sea estable”.
Una vez en Uruguay, las dificultades para mantener un empleo hicieron que Brítez se desprendiera de todas sus posesiones materiales. Casi sin darse, cuenta terminó viviendo en un basural en Tacuarembó. Al soldado se le quiebra la voz cada vez que evoca esos momentos difíciles, cuando la adversidad le tocaba la puerta: “Viví en una carpa y estuve dos años sin poder caminar, fueron momentos de mucha tristeza”, recuerda.
Fue reconocido luego de estar 20 días internado en grave estado,
en un hospital uruguayo, donde ingresó con una fractura de cráneo,
producto de un palazo que había recibido en una pelea callejera. Los
médicos que le salvaron la vida fueron quienes lograron cambiar su
suerte. Porque Brítez, después de revelarles su identidad, les dijo que había estado en Malvinas.
La vuelta a la Argentina de este soldado fue en un avión sanitario de la provincia de Corrientes. Fue trasladado inmediatamente al Hospital Escuela de Corrientes capital, donde estuvo internado, acompañado por sus familiares.
El gobierno provincial le otorgó una casa por dos años,
cerca del centro de rehabilitación, adonde asiste a diario. Las
gestiones conjuntas del Ministerio del Interior y del Registro de las
Personas de Corrientes posibilitaron que volviera a tener su documento nacional de identidad y que también recibiera la pensión correspondiente por parte del Anses.
A 30 años de desembarcar en Malvinas volvió por segunda vez al país y ahora ve la vida con otros ojos: “Estoy feliz de estar con mi familia y de ir al médico. Mi proyecto es recuperarme por completo. Antes no podía ni hablar, ni caminar y ahora poco a poco voy mejorando”.
Este texto lo subi a la página diariopublicable.com.
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